lunes, 6 de junio de 2011

El le devolvió su vida, ella lo hundió en la desesperación

Como si las ideas se marchasen porque sí,
palpitando en el fluido de tus venas,
se acercan tristes los recuerdos carmesí,
de las cosas que pensamos eran bellas.

 Y entonces el ingrato y descarado,
se aleja como si fuese una infección,
contagió sus sentidos de historietas,
iluminó su oscuridad con salvación.  
                                          
Así como le arrancó aquel castigo,
del dolor en el cual la había hallado,
 la tomo y la despojo de la vergüenza,
 aquel papel que la vida le había dado.

 Juntos en lo triste de sus pasos, a la vez lejanos y tan cerca,
que la pobre lo tomo entre sus brazos,y el desdichado se deshizo entre sus yemas.

La pasión que ella pensó una vez muerta;
 devolvió a sus sentidos la emoción;
aquel temor de descubrir lo no pensado;
ese valor de regresar lo que encontró.

 La perdió aquella noche, luna llena;
 ese día que inerte la advirtió,
creyola tonta y libre de pecado;
y el tan recio y vicioso por los dos.

Ella despierta e impaciente se aflige;
 y él incauto la toma sin piedad;
pretende cosas que en la vida ella ha obsequiado,
 recibe aquello que una vez creyó soñar.


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